El mundo gira gracias a la energía. El petróleo crudo se transforma en gasolina para alimentar nuestros coches, camiones, aviones y barcos. El gas natural permite que funcionen nuestras centrales eléctricas, produzcan electricidad y calienten nuestros hogares en invierno. Estos productos energéticos son fundamentales en nuestra vida cotidiana y, sobre todo, se negocian en los mercados mundiales.
Como en cualquier mercado, los precios de la energía varían en función de la oferta y la demanda, real o prevista. Los operadores aprovechan estas fluctuaciones para especular: apostar por la subida o la bajada del precio del petróleo o del gas natural puede resultar lucrativo, siempre que se comprendan bien los mecanismos que rigen este mercado.
Los precios de la energía son especialmente volátiles. Las publicaciones de estimaciones por parte de gobiernos, bancos o consultoras son importantes, pero no lo son todo. A veces basta con un acontecimiento inesperado para provocar una fuerte variación de los precios.
Tomemos el ejemplo de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) y sus aliados, como Rusia. Si anuncian una reducción de su producción, aunque sea anticipada, los precios del petróleo se disparan. Por el contrario, un aumento de la producción puede hacer que los precios caigan. Son mercados nerviosos y muy reactivos.
El clima también juega un papel clave. Un verano caluroso lleva a los hogares a consumir más electricidad para el aire acondicionado, mientras que un invierno riguroso aumenta la demanda de calefacción a gas. Estos factores estacionales influyen directamente en los precios.
La energía no va directamente del productor al consumidor. Pasa por numerosos intermediarios: comerciantes, distribuidores, empresas especializadas... Esta cadena de transporte también crea oportunidades de negociación, pero complica el análisis del mercado. No solo importa el consumo final, sino también la forma en que circula la energía.
Si está pensando en iniciarse, es esencial conocer bien las materias primas energéticas disponibles, comprender a los actores del mercado y tener una idea clara de lo que influye en los precios. Hoy en día, varios brókers en línea permiten invertir en una gran variedad de contratos relacionados con el petróleo, el gas natural u otras formas de energía.
Tanto si le atrae el potencial especulativo como si desea diversificar su cartera, debe tener una estrategia clara, basada en un sólido conocimiento del mercado. Este universo puede ser inestable, pero también ofrece muchas oportunidades a quienes saben interpretar las señales.
El mercado mundial de la energía está experimentando una transformación a largo plazo, influida por las políticas climáticas, la evolución de la demanda y los cambios tecnológicos. Los gobiernos de todo el mundo buscan alcanzar la independencia energética y reducir las emisiones, a menudo mediante políticas que favorecen las energías renovables o penalizan los combustibles con alto contenido de carbono. Sin embargo, la demanda de electricidad y combustibles para el transporte sigue aumentando, impulsada por el crecimiento demográfico, el aumento de los ingresos familiares y la urbanización.
La dinámica energética varía considerablemente de una región a otra. En Europa, la política climática ha acelerado la transición hacia las energías renovables y la energía nuclear. Estados Unidos sigue siendo un importante productor de petróleo y gas, aunque ha desarrollado las energías limpias mediante la legislación y el gasto público, aunque este crecimiento se enfrenta a obstáculos políticos y normativos.
En economías en rápido crecimiento, como la India y algunas regiones del África subsahariana, la creciente demanda ha impulsado tanto el uso de combustibles fósiles como la adopción de energías renovables a medida que se desarrolla la infraestructura energética. Al mismo tiempo, los países ricos en reservas minerales, como Chile, Indonesia y la República Democrática del Congo, desempeñan un papel fundamental en el suministro de materiales esenciales para la transición energética.
Gran parte de este crecimiento proviene de los mercados emergentes, donde las infraestructuras energéticas siguen desarrollándose. Aunque los actores tradicionales suministran petróleo, gas y carbón, nuevas fuerzas han remodelado el panorama. Los comerciantes compran y venden créditos de carbono para ayudar a las empresas a alcanzar sus objetivos de emisiones. Las empresas de servicios públicos se enfrentan al reto de integrar fuentes de energía intermitentes, como la eólica y la solar, en redes eléctricas diseñadas inicialmente para la producción de electricidad a partir del carbón. Al mismo tiempo, la tendencia general hacia la electrificación, especialmente gracias a los vehículos eléctricos, ha orientado las inversiones hacia el litio, el cobre y otros minerales esenciales para la producción de baterías.
Los expertos prevén que esta transición se prolongue durante varias décadas. Mientras tanto, se espera que los combustibles fósiles y las energías renovables coexistan durante años, lo que ofrecerá a los inversores una amplia gama de opciones, desde las grandes petroleras tradicionales hasta las empresas que lideran la transición energética.
Los precios de la energía vienen determinados en última instancia por la oferta y la demanda, pero rara vez es fácil preverlos. Los precios del petróleo, el gas, el carbón y la electricidad pueden fluctuar considerablemente en función de la geopolítica, las condiciones meteorológicas, la estrategia empresarial y la política gubernamental. Estas fluctuaciones no solo afectan a los precios de las materias primas, sino que también influyen en la cotización de las acciones de las empresas energéticas.
Hay varios factores que complican la fijación de precios:
El sector energético comprende diversas empresas que desempeñan diferentes funciones en el transporte de combustible y electricidad desde sus fuentes hasta los consumidores y las empresas. Algunas se especializan en la exploración o la producción, mientras que otras se centran en el transporte, la distribución o la venta al por menor. Algunas operan en varias etapas de la cadena de suministro.
Las empresas upstream se encargan de extraer la energía del suelo, ya sea perforando en busca de petróleo y gas o produciendo electricidad a partir de presas hidroeléctricas, aerogeneradores, paneles solares o reactores nucleares. Estas empresas intervienen al principio de la cadena de suministro energético.
Las empresas de la cadena intermedia se encargan del transporte, el almacenamiento y la distribución al por mayor de la energía. Sus actividades incluyen una amplia red de oleoductos, camiones y camiones cisterna que transportan el combustible a las refinerías y terminales. En el sector de las energías renovables, la cadena intermedia puede implicar la gestión del flujo de electricidad procedente de parques solares o eólicos hacia la red.
Las empresas aguas abajo suministran la energía. Se trata, por ejemplo, de las gasolineras y los servicios públicos que suministran electricidad o gas natural a los hogares y las empresas. La demanda en esta fase puede fluctuar en función de la coyuntura económica. Los automovilistas reducen su consumo cuando los precios del combustible son elevados, y los fabricantes pueden reducir su producción en períodos de desaceleración económica. Sin embargo, los servicios públicos tienden a ser más estables, ya que la mayoría de los consumidores necesitan iluminación independientemente de la situación económica.
Aunque algunas empresas se centran exclusivamente en actividades upstream, midstream o downstream, las mayores empresas petroleras y gasísticas están integradas verticalmente, lo que significa que operan en todos los niveles de la cadena de suministro, desde la extracción hasta el refinado y la venta al por menor. Esta presencia integral les garantiza ingresos más estables que las empresas que se limitan a un solo segmento y, a menudo, las hace más reconocibles para los consumidores.
Estas empresas no solo producen petróleo, sino que también venden productos acabados como aceite de motor, lubricantes y combustible, a menudo en estaciones de servicio que llevan su nombre. Por lo general, no poseen servicios públicos, pero su amplio alcance les confiere un papel importante en el sector energético mundial.
Muchas empresas petroleras y gasísticas han seguido centrándose en los combustibles fósiles, pero algunas han ampliado sus actividades para apoyar la transición mundial hacia fuentes de energía con bajas emisiones de carbono. Según las empresas, estos esfuerzos han consistido, entre otras cosas, en proyectos de captura de carbono e inversiones en energías renovables, como la solar y la eólica.
Algunas empresas también se han lanzado a sectores completamente nuevos. ExxonMobil (XOM), por ejemplo, se ha lanzado a la extracción de litio, un campo tradicionalmente dominado por las empresas mineras. El litio es un material esencial en la generación actual de baterías utilizadas en vehículos eléctricos y sistemas de almacenamiento en red.
Otras empresas se han expandido en los campos de la energía solar, eólica, nuclear e hidroeléctrica. El hidrógeno producido a partir de electricidad renovable es todavía una tecnología emergente, pero está atrayendo cada vez más inversiones a medida que se extiende el interés por las energías alternativas más limpias.
Estos avances reflejan los cambios a largo plazo en la combinación energética mundial. El carbón, el petróleo y el gas natural han dominado durante mucho tiempo el suministro mundial, pero las energías renovables han ido ganando terreno gradualmente y también ha aumentado el interés por la energía nuclear.
Tras la catástrofe de Fukushima en Japón en 2011, muchos gobiernos renunciaron a la energía nuclear. Sin embargo, la energía nuclear ha recuperado impulso, en gran parte porque ofrece una energía básica estable sin emisiones de gases de efecto invernadero. Como resultado, parte de la oposición medioambiental que existía desde hacía tiempo, motivada por preocupaciones relacionadas con los residuos radiactivos y la seguridad, se ha atenuado.
La transición hacia el abandono de los combustibles fósiles también ha remodelado la industria minera. Minerales como el litio, el níquel y el cobalto son esenciales para la electrificación del transporte y la industria. El cobre, indispensable para el cableado y el transporte de electricidad, se ha convertido en una prioridad tal que las grandes empresas mineras especializadas en oro, como Barrick Mining (B) y Newmont (NEM), han aumentado considerablemente sus reservas de cobre.
Las inversiones en el sector energético conllevan riesgos específicos que pueden no ser tan pronunciados en otros sectores. Los precios de las materias primas son conocidos por su volatilidad y suelen reaccionar a acontecimientos geopolíticos, condiciones meteorológicas extremas o cambios en la estrategia de suministro de los principales productores. Las políticas gubernamentales también pueden tener un impacto importante, ya sea mediante la modificación de las subvenciones concedidas a las energías renovables o mediante nuevas restricciones a la perforación de petróleo y gas.
Los riesgos medioambientales y de reputación añaden complejidad. Los accidentes, las fugas en oleoductos o la oposición a los proyectos mineros pueden afectar a las operaciones y al precio de las acciones. Y dado que el sector evoluciona rápidamente, las empresas que hoy parecen estar bien posicionadas podrían verse superadas mañana por los avances tecnológicos o los cambios en la opinión pública.
Tener en cuenta estos factores puede ayudarle a evaluar no solo los rendimientos potenciales, sino también la sostenibilidad del modelo de negocio de una empresa.
Los inversores pueden abordar el mercado energético de varias maneras, en función de sus objetivos, su tolerancia al riesgo y su horizonte temporal. Una cartera puede incluir productores de petróleo y gas como BP (BP), empresas de energías renovables como First Solar (FSLR) o servicios públicos nucleares como Constellation Energy (CEG).
Para diversificar su cartera dentro del sector, algunos inversores recurren a fondos cotizados en bolsa (ETF) que agrupan acciones relacionadas bajo un único símbolo bursátil. Por ejemplo, el ETF Energy Select Sector SPDR (XLE) se centra en los productores de petróleo y gas, mientras que el ETF Global X Solar (RAYS) incluye fabricantes de equipos solares como Enphase Energy (ENPH).
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Para una exposición más directa a los precios de las materias primas, los contratos de futuros sobre petróleo y gas constituyen otra opción. Fondos como el United States Oil Fund (USO) ofrecen una forma de participar en esta parte del mercado sin negociar directamente contratos de futuros.
Brókers de contratos de futuros
Una cosa que deberá decidir antes de empezar a operar con CFD sobre energía es cómo piensa obtener beneficios. Hay tantas estrategias de trading de productos energéticos como operadores, y le corresponde a usted encontrar una estrategia que se ajuste a su tolerancia al riesgo y a sus objetivos de beneficio. Para ayudarle, vamos a examinar algunas de las decisiones fundamentales que debe tomar para desarrollar una estrategia de trading de energía.
Elegir una materia prima
La elección de la materia prima energética con la que va a operar tendrá un impacto en todos los demás aspectos de su estrategia. De hecho, hay diferentes factores que influyen en el precio de los distintos productos energéticos, y las fluctuaciones de precios pueden variar considerablemente de un producto a otro.
Por ejemplo, el petróleo crudo, el Brent y la gasolina suelen experimentar fluctuaciones de precios mucho más importantes que el gas natural y el gasóleo de calefacción. La oferta y la demanda son menos constantes, y los cambios políticos desempeñan un papel mucho más importante en la determinación de los precios del petróleo que en la de los precios del gas natural.
En última instancia, la elección del producto energético debe reflejar el equilibrio entre riesgo y recompensa que usted desea.
Análisis técnico o fundamental
Otra decisión que deberá tomar es si desea centrarse en el análisis técnico o en el análisis fundamental. El análisis técnico se centra en los movimientos recientes del precio de una materia prima y utiliza estos datos para predecir la evolución del precio. El análisis fundamental, por su parte, intenta predecir el precio real de mercado de un producto energético en función de las condiciones actuales de la oferta y la demanda.
Ninguna estrategia es necesariamente mejor que la otra, y la mayoría de los operadores utilizan una combinación de ambas para tomar sus decisiones.
Trate las noticias
Las noticias tienen un enorme efecto en el precio de la energía. Al fin y al cabo, casi todo lo que ocurre, ya sea en política, relaciones internacionales, cambios en las perspectivas económicas o incluso el tiempo, tiene un efecto en la oferta o la demanda de productos energéticos.
Los operadores de energía deben estar siempre atentos a las noticias y pensar en cómo los titulares pueden influir en los precios. Los operadores más tolerantes al riesgo pueden aprovechar las fluctuaciones de precios a corto plazo causadas por los titulares de los periódicos.
Day trading frente a swing trading
Por último, debe pensar en su horizonte temporal para operar con energía. ¿Desea comprar y vender CFD en el mismo día o piensa mantener contratos durante varios días para aprovechar las tendencias de precios más lentas? Los day traders no suelen mantener posiciones durante la noche, mientras que los swing traders pueden mantener CFD sobre energía durante varios días o incluso semanas.
Brókers de CFD sobre energía
El sector energético ofrece numerosas oportunidades de inversión, ya sea a través de materias primas como el petróleo, el gas natural o la gasolina, o a través de empresas activas en combustibles fósiles, energías renovables o servicios públicos. Gracias al trading con CFD, puede exponerse directamente a las variaciones de los precios de la energía, mientras que los ETF y los fondos de inversión le permiten diversificar sus posiciones en todo el sector, sin apostar por una sola empresa o tecnología.
Como siempre, es esencial contar con una estrategia sólida. Esta guía le ha proporcionado las bases para comprender qué influye en los precios de la energía y para empezar a construir su propio enfoque de trading. Cuando esté listo para pasar a la acción, asegúrese de elegir un bróker fiable que ofrezca una amplia gama de instrumentos sobre materias primas energéticas.
Las empresas y los productos financieros mencionados se incluyen únicamente a título informativo y no constituyen una recomendación de inversión.
Hay varias formas de invertir en el mercado energético, dependiendo de sus objetivos, su perfil de riesgo y su horizonte de inversión. Puede comprar acciones de empresas energéticas (como BP, First Solar o Constellation Energy), invertir a través de ETF o negociar materias primas energéticas directamente a través de contratos de futuros o CFD.
El mercado energético está especialmente expuesto a una fuerte volatilidad. Los precios de materias primas como el petróleo, el gas natural o la gasolina pueden variar bruscamente en función de acontecimientos geopolíticos, condiciones meteorológicas extremas o decisiones estratégicas de grandes productores como la OPEP. Esta inestabilidad puede dificultar las previsiones, incluso a corto plazo.
Las empresas energéticas suelen estar expuestas a riesgos relacionados con el medio ambiente, tales como:
Sí. El sector evoluciona rápidamente y algunas empresas bien establecidas hoy en día pueden quedar obsoletas mañana si no se adaptan a las innovaciones (baterías, hidrógeno, almacenamiento, redes inteligentes, etc.). La obsolescencia tecnológica es un riesgo real, especialmente en un contexto de transición energética acelerada.
Existen dos índices de referencia diferentes para el petróleo crudo: el petróleo Brent, que se produce en el Mar del Norte, y el West Texas Intermediate (WTI), que se produce en Estados Unidos. El petróleo crudo Brent suele fijar el precio del petróleo producido en Europa y Oriente Medio, mientras que el petróleo crudo WTI se utiliza para fijar los precios del petróleo producido en América del Norte.
La mayoría de las veces, los precios del crudo y la gasolina evolucionan juntos. Esto se debe a que el petróleo es el principal coste de producción de la gasolina. Pero los precios pueden divergir cuando la capacidad de refinación del petróleo no puede seguir el ritmo de la producción de crudo o cuando los costes de refinación aumentan por otras razones.
El precio del gas natural suele aumentar en invierno, ya que esta fuente de energía se utiliza en los sistemas de calefacción de todo el mundo. Sin embargo, la variación estacional de los precios suele tenerse en cuenta al suscribir CFD. Esto significa que la demanda invernal tendrá que ser mayor de lo previsto para beneficiarse de la influencia estacional en los precios del gas natural.