Los eurobonos son bonos emitidos en una moneda distinta a la del país en el que se emite el bono.
En otras palabras, un eurobono es un bono emitido en una divisa distinta a la del país en el que tiene su sede el emisor.
Por ejemplo, un bono emitido por una empresa británica en dólares estadounidenses se consideraría un eurobono.
Del mismo modo, un bono emitido por una empresa japonesa en euros también sería un eurobono.
Los eurobonos suelen ser emitidos por empresas multinacionales, organizaciones supranacionales y gobiernos para obtener capital de inversores internacionales.
A menudo se emiten en grandes denominaciones y se negocian en el mercado internacional de bonos, lo que permite a los emisores acceder a un grupo mundial de inversores y obtener condiciones de financiación potencialmente más favorables.
Los eurobonos pueden denominarse en cualquier divisa, pero las denominaciones más comunes son dólares estadounidenses, euros y francos suizos.
Pueden tener diversos vencimientos, desde corto plazo (menos de un año) hasta largo plazo (más de 30 años).
Una de las ventajas de los eurobonos es que permiten a los emisores diversificar su base de inversores y acceder a financiación de una gama más amplia de inversores.
También pueden proporcionar una cobertura contra el riesgo de cambio, ya que el emisor puede ajustar la moneda del bono a la moneda de los flujos de caja futuros previstos.
Sin embargo, también pueden exponer a los emisores al riesgo de cambio si el tipo de cambio entre la moneda del bono y la moneda local del emisor fluctúa significativamente.
Los bonos extranjeros y los eurobonos son dos tipos de instrumentos de deuda que permiten a los prestatarios captar fondos en los mercados internacionales, pero existen diferencias clave entre ambos.
Los bonos extranjeros son emitidos por una entidad extranjera en un mercado nacional en una moneda que no es la del país del emisor.
Por ejemplo, una empresa japonesa que emite bonos denominados en dólares en el mercado estadounidense.
La principal ventaja de los bonos extranjeros es que permiten a las empresas emisoras acceder a una base de inversores más amplia y beneficiarse de unos costes de endeudamiento potencialmente más bajos.
Por otro lado, los eurobonos se emiten en una divisa distinta a la del país en el que se emite el bono, pero no se emiten en la divisa del país del emisor.
Los eurobonos suelen estar denominados en las principales divisas, como el dólar estadounidense, el euro o el yen japonés, y se venden a inversores de varios países.
Los eurobonos pueden ser emitidos tanto por entidades nacionales como extranjeras, pero suelen ser emitidos por grandes empresas o gobiernos.
Una de las ventajas de los eurobonos es que ofrecen a los emisores una forma de diversificar sus fuentes de financiación y reducir su exposición a los tipos de interés nacionales o a las fluctuaciones monetarias.
Además, los eurobonos se emiten generalmente con arreglo a la legislación inglesa, que goza de gran aceptación y ofrece un marco jurídico estable a los obligacionistas.
Operar en el mercado de eurobonos puede ser una oportunidad lucrativa para los inversores, ya que ofrece exposición a una amplia gama de bonos emitidos por gobiernos, empresas y otras entidades denominados en euros.
He aquí algunos pasos para empezar:
El rendimiento de los eurobonos puede variar en función de varios factores, como la solvencia del emisor, la duración del vencimiento, los tipos de interés vigentes y las condiciones del mercado.
En general, el rendimiento de los eurobonos se calcula como el pago anual del cupón dividido por el precio del bono.
Los inversores pueden encontrar rendimientos más altos o más bajos en los eurobonos, dependiendo del tipo de bono en el que inviertan.
Por ejemplo, los eurobonos emitidos por el gobierno de países con una calificación alta, como Alemania o los Países Bajos, pueden ofrecer rendimientos más bajos, mientras que los bonos emitidos por empresas o países emergentes pueden ofrecer rendimientos más altos para compensar el mayor riesgo.
Los bonos con vencimientos más largos tienden a ofrecer rendimientos más altos, y no es raro encontrar eurobonos con vencimientos de 20-30 años o más que ofrezcan rendimientos del 2-3%, pero esto puede variar en función de los tipos de interés vigentes.
Es esencial tener en cuenta que los rendimientos de los bonos pueden cambiar rápidamente dependiendo de las condiciones del mercado, por lo que los inversores deben seguir de cerca el mercado para tomar decisiones informadas sobre sus inversiones.
También es importante tener en cuenta otros factores como el riesgo de divisa, la inflación y los posibles cambios en las calificaciones crediticias que pueden afectar al valor y al rendimiento del bono.
Los eurobonos son bonos que se emiten y negocian fuera del país de la divisa en la que están denominados.
Por ejemplo, un eurobono denominado en dólares estadounidenses puede emitirse en Londres o en Hong Kong.
Las ventajas de los eurobonos son las siguientes:
En general, los eurobonos ofrecen a los emisores una forma flexible y eficaz de acceder a los mercados mundiales de capitales y a los inversores de diversificar sus carteras.
Los bonos yanquis y los eurobonos son dos tipos de bonos emitidos por entidades extranjeras en los mercados internacionales de capitales.
Sin embargo, existen algunas diferencias clave entre ambos:
En resumen, aunque tanto los bonos yanquis como los eurobonos son bonos internacionales, las principales diferencias son las siguientes:
Los eurobonos son títulos de deuda emitidos por empresas, gobiernos u organizaciones internacionales en una moneda distinta de su moneda nacional.
Los eurobonos se denominan en una moneda como el euro, el dólar estadounidense o el yen, y se venden a inversores de todo el mundo.
El tipo de interés de los eurobonos suele ser fijo, y la fecha de vencimiento varía entre unos pocos años y varias décadas.
Los eurobonos ofrecen a los emisores una forma de acceder a los mercados internacionales de capitales y diversificar sus fuentes de financiación.
Los eurobonos atraen a los inversores porque ofrecen rendimientos más elevados que los bonos nacionales comparables y permiten diversificar la cartera.