El ratio rápido, también conocido como ratio de prueba ácida, es un ratio de liquidez que mide la capacidad de una empresa para pagar sus obligaciones a corto plazo con sus activos más líquidos.
Este ratio se considera una medida de liquidez más estricta que el ratio corriente, ya que sólo incluye activos que pueden convertirse rápidamente en efectivo, como efectivo y equivalentes de efectivo, valores negociables y cuentas por cobrar.
El ratio rápido se calcula dividiendo el activo circulante total de una empresa entre su pasivo circulante total.
Un ratio rápido de 1,0 o superior suele considerarse bueno, ya que significa que la empresa dispone de efectivo suficiente para cubrir sus obligaciones a corto plazo.
Un quick ratio inferior a 1,0 puede indicar que la empresa tiene dificultades para hacer frente a sus obligaciones a corto plazo.
El quick ratio es sólo una herramienta para evaluar la salud financiera de una empresa, y debe considerarse junto con otros ratios e indicadores financieros.
El Ratio Rápido se calcula dividiendo el total de activos rápidos de una empresa entre su pasivo corriente total.
Los "activos rápidos" son aquellos que pueden convertirse rápidamente en efectivo, como el efectivo y los equivalentes de efectivo, los valores negociables y la parte de las cuentas por cobrar que puede cobrarse.
Los pasivos a corto plazo son aquellas obligaciones que vencen en el plazo de un año.
La fórmula del coeficiente de solvencia es la siguiente
Por ejemplo, supongamos que una empresa tiene 1 millón de euros en activos corrientes y 500.000 euros en pasivos corrientes. El ratio rápido sería 2,0 (1 millón de dólares / 500.000 dólares).
Esto significa que la empresa tiene el doble de activos corrientes que de pasivos corrientes y, por tanto, debería poder hacer frente a sus obligaciones a corto plazo.
Un ratio rápido de 1,0 o superior suele considerarse un buen ratio, ya que indica que los activos rápidos son al menos suficientes para cubrir las deudas a corto plazo.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que el quick ratio es sólo una de las diversas herramientas que pueden utilizarse para evaluar la salud financiera de una empresa.
Otros factores, como el coeficiente de solvencia, el coeficiente de endeudamiento, la rentabilidad de los fondos propios y otros, también deben tenerse en cuenta a la hora de tomar decisiones de inversión.
Un quick ratio inferior a 1,0 puede indicar que la empresa tiene (o puede tener) dificultades para hacer frente a sus obligaciones a corto plazo.
Esto puede ser una señal de que la empresa tiene problemas financieros y puede no ser capaz de pagar sus deudas a su vencimiento.
Los inversores deben ser cautelosos a la hora de considerar empresas con bajos ratios de liquidez y siempre deben investigar a fondo una empresa antes de tomar cualquier decisión de inversión.
Los activos rápidos se definen, en sentido general, como los activos corrientes más líquidos que pueden convertirse fácilmente en efectivo.
Para la mayoría de las empresas, esto significa que los activos rápidos se limitan a unos pocos tipos de activos:
*Cuentas netas por cobrar = La cantidad de cuentas por cobrar que pueden cobrarse del total general.
Dependiendo del tipo de activos corrientes que una empresa tenga en su balance, puede decidir calcular los activos rápidos restando las formas ilíquidas de activos corrientes de su balance.
Por ejemplo, es posible que las existencias y los gastos pagados por adelantado no puedan convertirse fácil o rápidamente en efectivo.
Por lo tanto, una empresa puede calcular los activos rápidos de la siguiente manera:
Tanto el quick ratio como el current ratio miden la liquidez de una empresa.
Sin embargo, el ratio rápido es más estricto que el ratio corriente porque sólo tiene en cuenta los activos líquidos en su cálculo.
Esto significa que el quick ratio es un mejor indicador de la capacidad de una empresa para hacer frente a sus obligaciones a corto plazo.
En cambio, el ratio corriente incluye en su cálculo todos los activos corrientes, incluso los que no pueden convertirse fácilmente en efectivo.
Por este motivo, el ratio corriente no es un indicador tan preciso de la liquidez a corto plazo de una empresa.
Los inversores deben tener en cuenta ambos ratios a la hora de evaluar la salud financiera de una empresa.
La solvencia y la liquidez suelen considerarse lo mismo, pero existen diferencias importantes.
La solvencia se refiere a la viabilidad de la empresa. La liquidez se refiere a la capacidad de una empresa para hacer frente a sus obligaciones a corto plazo.
Una empresa puede ser insolvente y seguir teniendo liquidez para hacer frente a sus obligaciones a corto plazo.
Sin embargo, una empresa insolvente acabará siendo ilíquida si no puede encontrar los fondos necesarios para cubrir sus deudas y obligaciones a largo plazo.
Por esta razón, la solvencia es una medida financiera más importante que la liquidez.
Los inversores siempre deben investigar a fondo una empresa antes de tomar una decisión de inversión.
En cuanto a la solvencia, los inversores se fijarán en aspectos como el beneficio y el margen brutos, el EBITDA, los ingresos netos, el flujo de caja operativo, el flujo de caja libre y otras métricas similares.
Hay varias cosas que una empresa puede hacer para aumentar su coeficiente de liquidez:
Como cada empresa es diferente, la mejor manera de aumentar la liquidez variará de una empresa a otra.
Es importante recordar que existen contrapartidas a la hora de aumentar el flujo de caja.
Por ejemplo, la venta de activos puede ayudar a corto plazo, pero podría perjudicar a la empresa a largo plazo si esos activos eran parte integrante de la empresa.
La liquidez es una medida financiera importante, pero las empresas deben tener cuidado de no sacrificar la viabilidad a largo plazo por ganancias a corto plazo.
El quick ratio tiene varios componentes:
El efectivo es el más líquido de todos los activos.
Puede utilizarse para pagar deudas inmediatamente o para financiar otras obligaciones.
Por esta razón, el efectivo se incluye en el cálculo del ratio rápido.
Los equivalentes de efectivo son inversiones a corto plazo que pueden convertirse rápidamente en efectivo.
Por lo general, presentan un riesgo muy bajo y sus fluctuaciones de valor son mínimas.
Los fondos del mercado monetario y las letras del Tesoro son ejemplos comunes de equivalentes de efectivo.
Los valores negociables son otro tipo de activo que puede convertirse rápidamente en efectivo.
Sin embargo, no son tan líquidos como el efectivo o los equivalentes de efectivo, ya que pueden tardar un poco más en venderse.
Ejemplos habituales de valores negociables son las acciones, los bonos y los fondos cotizados.
Las cuentas por cobrar son cantidades que una empresa debe a sus clientes.
Normalmente deben cobrarse en un plazo de 30 días.
Por este motivo, no son tan líquidas como el efectivo o los equivalentes de efectivo.
Además, no todas las cuentas por cobrar se cobran necesariamente, de ahí la parte "neta".
Por ejemplo, una empresa de tarjetas de crédito espera muchos pagos, pero no todo el mundo paga su factura a tiempo o paga el importe adeudado.
Sin embargo, las cuentas por cobrar son más líquidas que las existencias o los gastos anticipados.
El pasivo corriente son obligaciones que una empresa debe pagar en el plazo de un año.
Incluye partidas como las cuentas por pagar, los gastos devengados y el pasivo corriente.
Para calcular el quick ratio, hay que restar el pasivo corriente del activo total.
El quick ratio, el current ratio y el cash ratio son ratios de liquidez.
Se utilizan para evaluar la capacidad de una empresa para hacer frente a sus obligaciones a corto plazo.
El quick ratio es el más conservador de los tres, ya que sólo incluye en el cálculo los activos más líquidos.
El ratio corriente incluye todos los activos corrientes, incluso los que no son tan fácilmente convertibles en efectivo.
El coeficiente de caja es el más laxo de los tres, ya que incluye en el cálculo todo el efectivo y los equivalentes de efectivo, incluso los que no están disponibles inmediatamente.
No existe un "mejor" ratio de liquidez.
Los inversores pueden optar por examinar los tres ratios para hacerse una idea completa de la liquidez de una empresa.
El quick ratio es un buen punto de partida, ya que sólo tiene en cuenta los activos más líquidos.
Sin embargo, el ratio corriente y el ratio de caja también pueden ser útiles en determinadas situaciones.
Por ejemplo, el ratio corriente puede ser más relevante para empresas con muchas existencias.
El coeficiente de caja puede ser más relevante para empresas con mucho efectivo y equivalentes de efectivo.
En última instancia, corresponde al inversor decidir qué ratio es más importante en una situación determinada.
El quick ratio tiene varias ventajas:
El quick ratio también tiene algunas desventajas:
Los inversores siempre deben tener en cuenta los tres ratios de liquidez (rápida, corriente y de caja) para hacerse una idea completa de la salud financiera de una empresa.
El quick ratio es un coeficiente de liquidez que mide la capacidad de una empresa para hacer frente a sus obligaciones a corto plazo.
Se calcula dividiendo el activo total de una empresa entre su pasivo total.
El quick ratio se calcula dividiendo el activo total de una empresa entre su pasivo total.
Para obtener una imagen más precisa de la liquidez, es importante restar los activos ilíquidos del numerador y añadir los pasivos no corrientes al denominador.
No existe un ratio de liquidez "óptimo", pero un ratio de liquidez alto suele considerarse mejor que un ratio de liquidez bajo.
Un quick ratio alto indica que la empresa tiene más efectivo que deuda y, por tanto, es más probable que pueda hacer frente a sus obligaciones a corto plazo.
El quick ratio tiene varias limitaciones:
1. 1. No tiene en cuenta los activos a largo plazo ni todos los pasivos (sólo los pasivos a corto plazo).
2. No incluye las existencias en el cálculo, aunque sean un activo corriente.
3. Puede no ser relevante para todas las empresas, especialmente para las que tienen muchas existencias a mano.
4. Puede dar una falsa sensación de seguridad si una empresa tiene un ratio rápido alto pero un ratio corriente bajo.
Los inversores siempre deben tener en cuenta los tres ratios de liquidez (rápido, corriente y de caja) para hacerse una idea completa de la salud financiera de una empresa.
No existe un "buen" ratio rápido.
Los inversores deben examinar el quick ratio junto con otros ratios de liquidez, como el ratio corriente y el ratio de caja.
Un quick ratio alto puede ser un signo de fortaleza financiera, pero también puede indicar que la empresa no está utilizando sus activos de forma eficiente.
Un ratio rápido bajo puede ser un signo de debilidad financiera, pero también puede indicar que una empresa está invirtiendo mucho en existencias o cuentas por cobrar.
En última instancia, corresponde al inversor decidir qué es lo más importante en una situación determinada.
El ratio rápido se denomina así porque sólo incluye los activos más líquidos.
Se trata de activos que pueden convertirse en efectivo rápida y fácilmente.
El quick ratio es una medida de liquidez más flexible que el ratio corriente.
El ratio corriente incluye todos los activos corrientes, incluso los que no se convierten tan fácilmente en efectivo.
El quick ratio sólo incluye el efectivo, los equivalentes de efectivo y los valores negociables.
El quick ratio es una medida de liquidez más flexible que el coeficiente de caja.
El quick ratio incluye todo el efectivo y los equivalentes al efectivo, incluso aquellos que no pueden convertirse tan fácilmente en efectivo.
El coeficiente de caja sólo incluye el efectivo real.
El quick ratio, el current ratio y el cash ratio son ratios de liquidez.
Se utilizan para evaluar la capacidad de una empresa para hacer frente a sus obligaciones a corto plazo.
El quick ratio es el más conservador de los tres, ya que sólo incluye en el cálculo los activos más líquidos.
El ratio corriente incluye todos los activos corrientes, incluso los que no son tan fácilmente convertibles en efectivo.
El coeficiente de caja es el más laxo de los tres, porque incluye en el cálculo todo el efectivo y los equivalentes de efectivo, incluso los que pueden no estar disponibles inmediatamente.
Si el quick ratio de una empresa es muy bajo, puede indicar que la empresa atraviesa dificultades financieras.
Un quick ratio bajo significa que la empresa tiene más deuda que activos líquidos y puede que no sea capaz de hacer frente a sus obligaciones a corto plazo.
Si el quick ratio de una empresa es muy alto, puede indicar que la empresa tiene mucho efectivo, pero también que la empresa no está utilizando sus activos de forma eficiente.
Un quick ratio alto significa que la empresa tiene más efectivo del que necesita para cubrir sus deudas.
El exceso de efectivo podría invertirse en otros activos, como existencias o cuentas por cobrar, para generar más ingresos para la empresa.
La fórmula del quick ratio es la siguiente
(Activo circulante - Existencias) / Pasivo circulante
Esta fórmula puede simplificarse a :
(Efectivo + Equivalentes de efectivo + Valores negociables) / Pasivo corriente.
Para calcular el quick ratio, necesitará la siguiente información:
Una vez que tenga esta información, puede introducirla en la fórmula del quick ratio para obtener su quick ratio.
El quick ratio es un ratio de liquidez que mide la capacidad de una empresa para hacer frente a sus obligaciones a corto plazo.
El quick ratio incluye sólo los activos más líquidos en el cálculo, por lo que es una medida de liquidez más conservadora que el ratio corriente.
Un ratio rápido bajo puede ser un signo de debilidad financiera, pero también puede indicar que una empresa está invirtiendo mucho en existencias u otros activos.
Como cualquier otro indicador, el quick ratio no puede tomarse de forma aislada para determinar la salud financiera de una empresa o si es una buena inversión.
Al analizar el quick ratio de una empresa, los inversores deben tener en cuenta que no existe un número mágico que indique si una empresa es una buena inversión o no.
Por el contrario, el quick ratio debe considerarse junto con otros ratios e indicadores financieros para obtener una imagen completa de la salud financiera de la empresa.
El quick ratio es una herramienta valiosa que puede dar a los inversores una idea de la liquidez de una empresa, pero no debe utilizarse como única base para tomar decisiones de inversión.
Es importante tener en cuenta otros factores, como la rentabilidad de la empresa, el balance general, el flujo de caja operativo, la revisión de la valoración, entre otros, antes de tomar cualquier decisión de inversión.